Una de las virtudes de los estudios de género es su carácter interdisciplinario. Como categoría de análisis, el género constituye un gran mosaico de aproximaciones interpretativas que surgen, a su vez, de una diversidad de enfoques. Para contribuir al debate actual, resulta pertinente preguntarse: ¿qué significado tiene observar los fenómenos desde una perspectiva de género?, ¿cuáles son los elementos que conforman dicha perspectiva?
La historiadora Joan Scott (1999) señala la existencia de tres grandes enfoques para el análisis de género: la teoría del patriarcado, la tradición marxista (junto con el posestructuralismo francés) y la teoría anglosajona de las relaciones-objeto (perspectiva psicoanalítica). Desde el punto de vista de Scott, el concepto género alberga cuatro dimensiones: los símbolos culturalmente disponibles, los conceptos normativos que manifiestan las interpretaciones de los significados de los símbolos, las nociones políticas –tomando en cuenta las referencias a las instituciones y organizaciones sociales– y la identidad subjetiva.
En Clivajes. Revista de Ciencias Sociales, dedicamos nuestro sexto número al análisis y reflexión sobre este vasto campo analítico. Interesa explorar las múltiples dimensiones teórico-metodológicas de los estudios que establecen, explícitamente o no, una clara aproximación a dicha categoría y sus derroteros, y presentar estudios que revelen los efectos de fenómenos globales en contextos locales, tales como la violencia de género y su regulación, los efectos del capitalismo en los distintos territorios y en la vida de las mujeres, pero también revisar la propia capacidad analítica sobre la categoría en cuestión, examinando los debates más recientes con respecto a sus alcances críticos y su incidencia en el cambio social.
Ana Isabel Fontecilla Carbonell y Bárbara Valdés Benítez (Coordinadoras)